Hay varias recetas para elaborar té y entretener un paladar aventurero..
El té con leche o con limón, son las dos típicas recetas que utilizan los ingleses y un regalo para el paladar.
Para preparar la receta del té con leche, en primer lugar se suele calentar la tetera con un primer chorro de agua a punto de ebullición, luego se saca este agua, ponemos el té (que tiene que ser del negro) en el interior de la tetera. Aproximadamente una cucharadita de café por persona. Se pueden echar las hojas de té sueltas, en el interior de la tetera, si se va a vaciar entera repartida en las tazas, pero si vamos a ir repitiendo y tardaremos un rato en acabarlo, conviene poner el té en un filtro independiente, para poder retirarlo como máximo a los 6 minutos. Si lo dejamos en el agua más tiempo, empezará a amargar. En el momento de servirlo, se le echa “una nube” de leche. Se trata de una pequeña cantidad que dejara la bebida de color “café con leche”. Aunque hay motivos para no poner azúcar al té, porque anularía su cualidad como quemar grasa ( aunque si hemos optado por ponerle leche, entiendo que ese problema no nos afecta) y un poquito de azúcar de caña, o miel, no molestara al paladar. Con esta receta, además de añadirle el cremoso sabor de la leche, reducimos su punto de sabor amargo. El té negro es un poco astringente, y no conviene tomarlo con el estómago vacío. De ahí viene la tradición de las “pastitas” para el té de las 5:00
Siguiendo con la típica pregunta: ¿ con leche o con limón? Vamos a ver la receta del té con limón: El proceso para preparar el té es prácticamente el mismo, sólo que en esta ocasión, en vez de la leche, ponemos en la taza una rodaja de limón y le vertemos encima el té caliente. Se trata de conseguir el aroma del limón, no hacer té con limonada. Al té con limón ya le encaja más no ponerle azúcar.
Te con frutas:
Hay una extensa variedad de recetas de tés, a los que se les añade variedad de frutas. Se hace para aromatizarlo y reducir su astringencia. Estas recetas son para el té blanco o rojo, porque se trata de unos tés suaves que aumentan así sus propiedades organolépticas. El té con frutas, igual que el té con limón, también son ideales para tomar fríos, convirtiéndose en bebidas refrescantes muy saludables, más que muchas “cosas” que corren por esos mundos”.
También podemos preparar nosotros mismos deliciosos tés fríos o calientes con frutas, dependiendo de los gustos.
Básicamente hay dos maneras de preparar la receta de té con frutas:
La receta del té, cuando se toma caliente, con frutas secas al gusto, que pueden ser variadas o de un solo tipo. Podrían ser cortezas de naranja, trocitos secados de mandarina, melocotón, fresas, melón, sandía. Se le añaden al té y se deja unos días en ambiente seco y oscuro, para que se vayan impregnando los aromas. Hecha la mezcla y vertida el agua a punto de ebullición lo dejamos unos 6/7 minutos. Se le puede añadir algo de azúcar de caña o panela. Cuando esté a temperatura ambiente, se pone a enfriar en la nevera y listo.
Aromatizado con hierbas: Otra receta es aromatizar el té con hierbas aromáticas, puede ser con: La lavanda, menta. No es muy recomendable con romero o ginseng, porque son plantas excitantes, y añadirlas al té , que también lo es, no parece lo más apropiado.
Te con canela, es otra receta interesante para personas con diabetes, porque ayuda a controlar los niveles de azúcar en sangre.
Mejorar el sabor del té en el paladar, con hierbas aromáticas, es también muy sencillo, se trata de añadirlas a la tetera y verter encima el té recién hecho.
Ahora es el momento de buscar alguna receta, por internet, para hacer unas galletas artesanas, que combinarán perfectamente con un té, a las 5 de la tarde.
Espero que te hayan gustado estas recetas, no tienen demasiada complicación, y son muy fáciles de preparar. Se trata de ir combinando diferentes fantasías para el paladar.